Rita la bailaora

"En este baile no somos ya tú y yo, pues si queda algo que nos una es el vacío de la separación; te palmeo diciéndote adiós, adiós, gesticulando te quieros -llenos de admiración- al ritmo de no vuelvas joder no te aguanto estoy harta de ti, harta, me humillo taconeando de rabia pataleando como la niña de tus ojos que soy pero que sepas que mi sumisión no es sino el más profundo de los feos, te desprecio, haz conmigo lo que quieras que no te tengo miedo, no tienes poder alguno sobre mí, ninguno, ¡tócame si te atreves! Y si parece que mi cante es por pena pues no, mira, mírame, ¿te parece que estas lágrimas sean de dolor? Calla, calla, no respondas o cojo la puerta y me voy, porque en verdad si me río en tu cara es por llamar tu atención, pero escucha, escúchame, ten mu claro que si caigo en el ridículo no es más que por buscarte la ruina aunque sea arrastrándome a mí junto a ti. Te odio, te odio dos o tres veces, el odio es el único tablao en que aún me sostengo altiva, orgullosa, mirando al frente con esa arrogancia con que una disimula a veces echarte de menos, pájara sin viento pa volá en que me he convertío sin ti, ¡sin ti! La jaca más engañosa de to el campo andaluz porque me miento yo sola y a toa la gente de que entre nosotros toito acabó, pero eso no lo siento yo en mi corazón".