Lonely boy

Me pongo los cascos, le doy al play, y, ahora sí, soy feliz; por fin cesa el ruido blanco propio de la ciudad, ese constante pitido en los oídos similar al de un motor siempre en marcha bajo cuya pauta bailamos, concentración de transformers atascados en la calle Dante y que, ahora, mientras comienza a abrirse paso en mi cabeza la línea del bajo, unos primeros punteos, los graves, se funde todo ello junto, como si el sonido del zapping, el metro y los móviles formaran una canción que ya por fin baja su volumen. La BSO del mundo cambia de pista se acabó tener que ir al trabajo, las huidas que no llevan a ninguna parte, esa tía que conocí horas atrás en una fiesta de la cual me olvido perdiéndome en el recién nacido ritmo de la guitarra, anunciando ya oficialmente el nuevo tema al tiempo que el contacto con cuanto me rodea se corta definitivamente -en un adiós similar al tímido toc toc de un teclado que no grita sino soledad ante el porno de una pantalla- y así es que para cuando el vocalista pronuncia sus primeras palabras me suenan a un antiguo hechizo, un conjuro o algo así que detiene la Tierra como si hubiera llegado el amor, transportándome a otro lugar -lejos de toda pretensión- donde no me descubro aislado en mí mismo con el mp3 sino que acepto la soledad como si fuera puesto de mdma. Y no sé por qué o no lo quiero entender, pero me siento mejor paseando a solas mientras escucho Lonely boy que buscando a Dios en un polvo cualquiera donde encontrar el sentido o la compañía suficiente para no llorar.

3 comentarios:

  1. Pero has huido! yo ya no te encuentro? Donde estas?

    ResponderEliminar
  2. Me he borrao del Facebook, jajaja. Aunque a veces entro desde el perfil de una tal Úrsula Nunca.

    ResponderEliminar
  3. y ahora como hablo contigo? i hate u :(

    ResponderEliminar